Acuario podrá tener un romance muy apasionado en la oficina, incluso es muy probable que respete tu decisión de que nadie se entere, pero no le pidas amor, ya que ahí estarías incurriendo en un terreno que a los representantes de este signo no les gusta mucho experimentar.
En otras palabras, pasarás genial con tu Acuario, pero no esperes una relación seria, ya que puedes resultar algo herido. Es mejor iniciar el romance sabiendo que puede no llegar a puerto alguno, antes que pensar que puedes terminar en el altar.
Mucha atracción fisica, pero Poco Compromiso
Si hay algo acerca de lo que no tienes que dudar, es que Acuario te hará ver las estrellas, incluso puede que hasta lo haga en la oficina mismo, pero no hay mucho más que te pueda dar, al menos si es que se lo ha tomado efectivamente como un romance de oficina y nada más. Lo que ocurre es que conociendo a este signo, lo más probable es que en la puerta del edificio deje este amor y no se lo llevará a su casa.Durante el tiempo que la relación dure, la atracción fisica arderá entre ustedes, ya que esto será toda una aventura para los aguadores, pero es una relación que estará condenada a terminar ya desde sus comienzos. Acuario es un signo al que le gusta experimentar, hasta podríamos decir degustar, cada situación hasta sus últimas consecuencias. Sin embargo, si hay algo que nunca te entregará será su corazón.
Qué Esperar de un Amor de Oficina con Acuario
Cuando este signo se aventura a un amor en el ámbito de trabajo, puedes esperar muchas cosas. Entre ellas, se encuentra el factor sorpresa. Por ejemplo, no debería de extrañarte que mientras trabajas en tu despacho o escritorio, se aparezca por detrás tuyo, tanto sea con una propuesta romántica, como también con una algo más fogosa.Otro aspecto que estará presente es que Acuario estará siempre pendiente de ti, en especial en los primeros tiempos, cuando la novedad hace de las suyas en una relación. Habrá mensajes de texto picantes y te seguirá el rastro a todas partes que vayas. Si quieres, puedes ponerlo un poquito celoso, en especial mirando a algún otro colega, aunque sea jugando.
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